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Claves para la competitividad de las instituciones educativas.

Caty Luna Minutti.

Actualmente los más destacados teóricos de la gestión empresarial coinciden en señalar que existen tres elementos claves para el éxito de las organizaciones, en un mundo caracterizado por la globalización y la alta competencia, del cual no están ajenas las instituciones educativas, principalmente las de financiamiento particular: la excelencia, la innovación y la anticipación.

En este sentido, en el presente artículo, me permitiré hacer un análisis de estos elementos y cómo pueden aplicarse al campo de la educación.

La excelencia. Me parece que es el punto de partida para competir, pues sin ella una organización educativa no tiene futuro. La excelencia es difícil de definir pero fácil de apreciar, y tiene que ver no sólo con cumplir con los estándares para los servicios ofrecidos, sino exceder a los mismos buscando la mejora continua. Desde esta perspectiva, creo que los componentes que debe reunir una gestión de excelencia involucran a la calidad humana y la calidad de los procesos. La búsqueda de la calidad y la excelencia implica empezar primero por un proceso de “reingeniería” de los seres humanos que colaboran en la institución, que incluye la reingeniería del pensamiento para después hacer la implantación en los procesos. La reingeniería del pensamiento se refiere a nuestra capacidad para enfrentar nuevos paradigmas de una manera fresca y creativa; si queremos cambiar nuestro futuro como escuelas, es necesario cambiar nuestros comportamientos, pensamientos y sentimientos. Porque tan importante es el uso de las herramientas estadísticas para controlar nuestros procesos, como la búsqueda de la calidad humana del personal que realiza los mismos. Una organización educativa que busca la excelencia tiene que estar preparada para aprender a aprender, ya que esa es una de las claves para la competitividad. Porque si consideramos que una escuela particular es una empresa, nos daremos cuenta que no es un ente aislado, sino que se encuentra dentro de un mundo global, de competencia, de luchas y de alternativas, pero también de cooperación. Y es aquí donde el benchmarking es una gran herramienta para la toma de decisiones, pues hoy en día, quienes estamos compitiendo dentro de un mismo sector necesitamos saber qué es lo que están haciendo los demás, para establecer mejores mecanismos de competencia. Y mientras mejor es la competencia, más elevados son los retos y mayores las posibilidades de crecer como organización.

La Innovación. Debemos entenderla como una forma de vida para todos los miembros de la organización educativa. Como ejemplo podríamos citar al famoso Kaizen japonés, paradigma que establece que todos los días se tiene que mejorar algo y que estas mejoras permanentes, se convierten, a la larga, en una estrategia de vida. En el caso de la innovación educativa, esta debe orientarse a la creación y mejoramiento permanente de los servicios. Creo que aquí existe un elemento fundamental que es conocer las necesidades de los clientes, padres de familia y alumnos, para poder crear paradigmas distintos e introducir nuevas ideas. Conociendo las verdaderas necesidades y agregando nuevos atributos se pueden desarrollar nuevos servicios complementarios a nuestra oferta educativa.

La Anticipación. Con ella hacemos alusión a las escuelas proactivas, que son aquellas que no esperan a que ocurran las cosas para responder, sino que permanentemente están identificando los elementos que las llevarán a ser competitivas en el futuro, adelantándose a los acontecimientos o forzando situaciones para que las que ocurran le favorezcan. La anticipación conlleva considerar las tendencias que aparecen en el ámbito mundial. El estudio de tendencias es una manera fundamental de anticipar cambios. A través del conocimiento de las tendencias es posible anticipar muchos cambios en las escuelas de hoy. Por ejemplo, una tendencia es la “sociedad del ser”, misma que implica una vuelta hacia la calidad personal y la búsqueda de valores evolutivos. Esto es, las escuelas y la sociedad misma, deben enfocar su acción en términos del ser humano, pues a largo plazo, la sociedad global madura estará basada más en el ser que en el tener. Y este cambio de paradigma muy importante, ya que implica una búsqueda del sentido de la vida del ser humano, mejorando su calidad como individuo (sea como estudiante, pareja, familia, trabajador y ciudadano). Y así como esta tendencia hay otras que priorizan la enseñanza de los idiomas o el uso adecuado de las nuevas tecnologías.

En suma, me parece que estos tres elementos, excelencia, innovación y anticipación, constituyen la clave del éxito en un ambiente de alta competencia entre organizaciones educativas, por lo que se hace necesario que todos los miembros que colaboran en una escuela conozcan, discutan y apliquen los nuevos conocimientos que se van generando en el ámbito de la gestión para la calidad.


excelencia, innovación y anticipación. Caty Luna Minutti. el blog de educación. PROGRENTIS MÉXICO

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