La conferencia de la OCDE propuso los procedimientos o acciones mentales que, aunadas a una estructura y proceso ordenado, logra la formación de pensamiento con base en las habilidades de observar, ordenar, comparar, retener, representar, recuperar, interpretar, inferir, transferir y evaluar.
Si bien estamos conscientes que el objetivo de la Educación no debería ser tanto enseñar a pensar, -ya que es un proceso espontaneo en el ser humano- sino enseñar a pensar bien, esto significó el hacer un uso apropiado del conocimiento que los alumnos poseen.
El currículo contiene en sí mismo muchos contextos para enseñar a pensar, cuanto más integrada está la enseñanza del pensamiento en la transmisión de los contenidos, más piensan los estudiantes sobre lo que están aprendiendo y esto tiende a ser una espiral tan importante como el aprendizaje previo al nuevo en el constructivismo.
El aprender y el pensar nunca debe ser una dicotomía, no debe dividirse, siempre debe de estar bien relacionado desde la planeación y el desarrollo curricular en el aula. Aunque existen muchas dinámicas de aprender a pensar, lo más importante es que el proceso sea sólido y fundamental en el desarrollo de cualquier tema. Basado en las experiencias de los países con los modelos educativos más exitosos, lo más importante es la constancia de los procesos y que la transformación educativa de México, no va del desconocimiento de la teoría, sino la falta de planeación ejecutiva.
Las Rutinas de pensamiento de David Perkins son infalibles y útiles en el aula.
Este link de Escolapios de Soria y su colegio Nuestra Señora del Pilar -548 PUNTOS EN PISA- , demuestra su eficiencia: http://escuelaspias20.blogspot.mx/2015/04/xi-rutinas-de-pensamiento-en-la-escuela.html
Existen muchísimas estrategias: ¿Qué se, qué quiero saber, qué he aprendido?, -VEO PIENSO ME PREGUNTO- Etc.
Otra que no falla es la estetagia de Edward de Bono, Seis sombreros para pensar. https://www.youtube.com/watch?v=I50bupYAW4o https://www.youtube.com/watch?v=Zxfx76Jr5Gw
Quitemos el NO del aula.
Nunca le digamos que -NO- a un alumno o que está equivocado, por más equivocado que pueda estar cuestiónalo, pero con entusiasmo, de manera personal, mirándolo a los ojos y con una legítima curiosidad: ¿Por qué tú crees que es así?, ¿Por qué crees que el cuadrado tiene 3 lados?
Es un ejemplo muy burdo, pero al hacer esta actividad con cualquier tema, ya sea de ética, filosofía o de un algoritmo matemático, una simple regla gramatical o lo que sea, el alumno tendrá que hace uso de todos los elementos: observar, ordenar, comparar, retener, representar, recuperar, interpretar, inferir, transferir y evaluar.
Síguelo cuestionando, encamínalo a que piense y defienda sus pensamientos.
Si a este proceso le aumentamos las posibilidades de los compañeros, podremos ayudarle a ver que hay otras opciones y así, despertar la posibilidad del pensamiento lateral.
Comencemos a sacar a nuestros niños y jóvenes de su zona, hagámolos pensar sin descuidar la curricula, y facilitemos su pensamiento creativo y metacognición.