Cómo podemos acompañar a los alumnos de nuestras escuelas para que puedan ser quienes quieran ser.
Sabemos que el ritmo de cambio de las tecnologías es avasallante y desafiante. Y a nosotros nos toca diseñar la educación que transitarán niños y niñas. Entonces, el desafío es formarlos para que el día que lo necesiten puedan aprender, desaprender y reaprender. No sólo me refiero a las tecnologías digitales en sí mismas, si no lo que ellos precisen en un contexto digital (desde hacer un trámite en internet, buscar información útil, aprender con un tutorial a preparar un pastel de cumpleaños hasta programar una aplicación).
Es por esto que buscamos que puedan ser usuarios autónomos y críticos de las tecnologías digitales, es decir, que puedan usar la tecnología diferenciando fuentes y calidad de la información. Que entiendan, por ejemplo, por qué aparece primero en un buscador una determinada página web y no otra. A su vez, aprender a trabajar colaborativamente es un desafío para chicos y grandes que las tecnologías digitales pueden facilitar e incluso enriquecer según el uso que se les dé.
Resolver problemas siempre fue importante, creo que hoy el desafío es poder hacerlo en el marco de la cultura digital, aprovechando las herramientas que nos da la programación, el pensamiento computacional, la robótica e internet para desarrollar distintas habilidades. La Cuarta Revolución Industrial está aquí. Se trata de una etapa marcada por avances tecnológicos emergentes en campos como la robótica, computación, inteligencia artificial, internet de las cosas en donde por su puesto la educación está completamente involucrada. Esta etapa, también definida como la “segunda era de la máquina”, está modificando los procesos de enseñanza- aprendizaje, el currículo escolar y la formación en el aula. Ante este panorama, ¿cuál es hoy el propósito de la educación en un mundo en el que las máquinas se vuelven cada vez más inteligentes?
Para Sung- Chul Shin, presidente del Korea Advanced Institute of Science and Technology (KAIST) la clave está en “fomentar jóvenes creativos con fluidez en convergencia, colaboración y habilidades de comunicación para la nueva era. Debemos enfocarnos en una educación completa mejorando la educación básica en ciencia e ingeniería con el apoyo de las humanidades y las ciencias sociales”.
Una educación con enfoque humanista promueve en los alumnos la capacidad de reflexionar sobre diversos temas metodológicos y sociales. A través de la enseñanza de las humanidades y la tecnología como medio y herramienta de aprendizaje es que los estudiantes también pueden desarrollar competencias tales como: la creatividad, la toma de decisiones, la autoconciencia, la percepción social, saber escuchar o resolver problemas complejos… habilidades que las máquinas nunca podrán replicar.
Está demostrado que la mejor manera de adquirir este tipo de competencias es a través de su modelado y puesta en práctica, y para desarrollar el aprendizaje socio-emocional en los niños y jóvenes, el papel de las autoridades escolares es crucial y con ello la importancia de las instituciones escolares que pretenden sumar a su sociedad con egresados capaces de construir un mundo mejor y diferente que el que tenemos actualmente. El uso de plataformas como Progrentis, nos permite conocer más acerca el qué y el cómo requieren trabajar los alumnos, la manera en la que perfila este potente recurso a los alumnos son la llave en mano para que un buen docente pueda dar pasos contundentes al mundo digital, construir y crear proceso más y más ambiciosos que permitan tener avances reales, medibles y certificados en competencias, bien rubricados con porcentajes de mejora.
En la actualidad la forma en la que conectas con los estudiantes es la clave de acceso a una forma de trabajo significativa.
La sociedad actual demanda la formación de seres humanos integrales que trabajen de la mano con las nuevas tecnologías de ahí la gran relevancia de impulsar y consolidar de forma real las bases. Comprensión lectora y matemática, pensamiento crítico y creativo acompañado de un kit relevante de habilidades socioemocionales que le permitan al alumno hacer frente a los retos de su época y replantear procesos.