Aprender en un aula digital
La era del conocimiento ha traído consigo el uso exhaustivo de la tecnología en todos los ambientes de la sociedad, la rapidez con la que el conocimiento se genera y se transmite nos obliga a permanecer conectados a una red en la que la información fluye de forma vertiginosa.
Las aulas se han transformado en ambientes digitales en las que tanto profesores como alumnos utilizan diversos dispositivos para permanecer conectados a ese mundo que sigue avanzando.
Esta nueva realidad ha gestado cambios importantes en las interacciones que surgen entre los estudiantes, los maestros, los contenidos, los recursos y las formas didácticas.
La sociedad demanda la inclusión de las tecnologías digitales en las aulas y, por un lado, los docentes tenemos el reto de incorporar nuevos recursos y estrategias a nuestras formas de enseñanza y los estudiantes, también, tienen el reto de incorporar la tecnología a sus formas de aprendizaje.
Existe la creencia casi generalizada de que los estudiantes actualmente son nativos digitales y por tanto se sostiene la hipótesis de que estos alumnos están capacitados para aprender en ambientes digitales de forma natural, se piensa que los jóvenes manejan la tecnología con un alto nivel de dominio ya que la han incorporado a su vida cotidiana, sus dispositivos electrónicos se han convertido en verdaderas extensiones de su cuerpo que usan casi para realizar cualquier actividad, sin embargo incorporar estos dispositivos como medios para aprender en un ambiente escolarizado también es algo nuevo para ellos.
Estudiantes y maestros conviven en una nueva organización en la que la tecnología, como recurso didáctico, facilita la generación de nuevas prácticas docentes que favorecen aprendizajes significativos ya que son logrados de forma lúdica y dinámica en un ambiente altamente estimulante y retador. Sin embargo aprender con las Tic genera un proceso de adaptación y cambio que debe ser paulatino tanto para los docentes como para los alumnos.
