La Reserva Pedagógica es un encuentro de directivos y dueños de escuelas, particulares y concertadas, provenientes de seis países: España, Guatemala, Costa Rica, Colombia, Paraguay y México. Cerca de cien asistentes realizaron observaciones de inmersión de aula, es decir, se constataron las buenas prácticas docentes que se han implementado en centros educativos españoles de vanguardia, especialmente en el Colegio Escolapios de Soria, escuela que ha presentado durante los años recientes resultados en la prueba PISA superiores o equivalentes a los de Finlandia y con un 0% de deserción escolar.
Durante la participación en la Reserva Pedagógica los asistentes estudiamos la forma en que se utilizan diferentes herramientas educativas de vanguardia, tales como el trabajo colaborativo, el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP), campañas institucionales de fomento a la lectura con impacto interdisciplinario y uso de TIC, entre otras. Las instituciones pueden optar por iniciar un proceso de certificación como Centro de Alto Rendimiento Educativo (CARE) avalado por la Universidad de Valladolid y la consultora en educación EIM. Colaboran también en este proyecto The Joint Research Centre (JRC) de la Comisión Europea, Microsoft, ESIC Business & Marketing School de Madrid y el Ayuntamiento de Soria.
Con esta base, el equipo de innovación de la Escuela Tomás Alva Edison ha diseñado un Plan Director, el cual dirigirá los esfuerzos institucionales para llevar a cabo las mejoras e innovaciones pedagógicas que se ha seleccionado.
El plan de mejora fue organizado en seis ejes de acción: Trabajo Colaborativo, Aprendizaje Basado en Problemas, Uso de TIC en el aula, Fomento a la lectura, Cultura de apoyo a padres de familia e Identidad TAE. Cada una de estas líneas se organizó usando el modelo de la Comisión Europea Creative Classroom Research (CCR).
En esta ocasión, quisiera centrarme en el primer eje para exponer algunas reflexiones sobre la implementación que hemos realizado acerca del trabajo colaborativo.
¿Por qué el trabajo colaborativo?
Hay varias razones por las cuales consideramos que esta metodología de trabajo es benéfica para los alumnos, pero, además, desde nuestro punto de vista resulta indispensable para el mercado laboral de hoy en día.
Nuestros alumnos no viven en el mismo mundo en el cual nos formamos nosotros. Hoy más que en cualquier otro punto de la historia los cambios tecnológicos y sociales son vertiginosos. Por tanto, es obvio que no debemos enseñar de la misma manera a los muchachos, dado que ni la forma en que aprenden ni el mercado laboral al cual se enfrentarán es el mismo que el nuestro.
Existe mucho material que muestra que hoy los empleadores requieren recibir trabajadores que puedan colaborar en equipo. Aaron Hurst lo asocia a que hemos transitado de ser una economía industrial a una economía de servicios y, hoy, a ser una economía de objetivos. Este cambio
(…) se centra más en las relaciones personales y el trabajo en equipo como los principales pilares de nuestro trabajo, y no tanto en un mero intercambio de bienes o servicios. “No se trata de las habilidades que tengamos”, dijo, “sino de cómo abordemos nuestro trabajo” (Cit. en Banerjee, 2014, párr. 8).
Ese “cómo” abordar el trabajo es la clave. Los grandes líderes de empresa del siglo pasado han sido poco a poco relegados por guías empáticos y carismáticos que forman grupos de trabajo, que crean equipos. Ahora bien, la pregunta es si las escuelas estamos “haciendo la tarea” aplicando las metodologías adecuadas para formar a nuestros alumnos para este nuevo paradigma. Algunos estudiosos del tema consideran que no.
(…) un informe de la SSIR (Standford Social Innovation Review) publicado recientemente, “Educating a New Generation of Entrepreneurial Leaders” (“Educando a una nueva generación de líderes emprendedores”), indica que la gran mayoría de instituciones educativas siguen sin preparar adecuadamente a sus alumnos para liderar, cooperar con compañeros o trabajar por el cambio positivo en el mundo. Habilidades tales como la resolución de problemas, el liderazgo, el trabajo en equipo, la empatía y la inteligencia social y emocional siguen quedando fuera del programa de la mayoría de escuelas, lo cual hace que el déficit de habilidades sea cada vez más grande (Banerjee, 2014, párr. 6).
Es decir, el mercado ha entendido que no solamente es necesario que los equipos hagan el trabajo, sino que además el proceso incluya empatía e inteligencia emocional, dado que ello reditúa en mayor productividad, soluciones más creativas y empleados más plenos.
Como mencionamos, también la figura del líder ha cambiado. Ahora se percibe que no es idóneo que haya un liderazgo absoluto en el sentido de un elemento que dicte todo lo que se debe hacer, como lo visualizábamos antes, donde el resto seguía las órdenes. Ahora entendemos que cada miembro del equipo debe poder realizar diferentes roles para alcanzar objetivos determinados. En 2014, Laszlo Bock, vicepresidente de recursos humanos de Google, explicaba que
(…) hay una serie de características que, a la hora de contratar, hacen que las empresas de todo el mundo se fijen más en unos candidatos que en otros: las dotes de liderazgo, la humildad personal e intelectual, la capacidad para atribuirle un propósito al trabajo y la capacidad de tomar posesión en cualquier tarea encomendada (...) aunque podemos preparar a nuevos empleados para muchas habilidades técnicas, un candidato sin dichas habilidades personales no tiene ninguna posibilidad (Cit. en Banerjee, 2014, párr. 7. El subrayado es nuestro).
Si bien es una meta clara de la educación formar a los alumnos de acuerdo a la realidad laboral que van a enfrentar, de ningún modo es sólo eso. La enseñanza debe desarrollar al alumno en todas sus dimensiones y todos sus talentos, darle las herramientas para poder ser pleno y feliz. Bauman nos alerta acerca de los retos de educar en la era de la “Modernidad líquida”:
Síndrome de la impaciencia y de la búsqueda de la gratificación inmediata; considerar la educación como un producto y no un proceso; que hace del conocimiento una mercancía; que desafía la veracidad del conocimiento; que lo que vende es la velocidad, la diferencia, en un mundo sin ningún tipo de estabilidad… Todo ello nos presenta el reto definitivo de aprender a vivir en un mundo sobresaturado de información. Y también debemos aprender el aún más difícil arte de preparar a las próximas generaciones para vivir en semejante mundo (Cit. en Tébar, 2016, p.4).
Preparar para el mundo actual implica, desde mi punto de vista, combatir el apabullante individualismo del tiempo de la selfie. Desarrollar empatía, interés por el otro. Un concepto muy hermoso que escuché en Escolapios es “aquí todos los miembros de un equipo son responsables del aprendizaje de todos”. Es decir, todos se preocupan por no dejar a nadie atrás. Cada miembro aporta sus habilidades, cada miembro tiene confianza en que puede pedir ayuda a los demás, cada miembro siente que aporta y recibe.
¿En qué consiste el trabajo colaborativo?
Los salones en Escolapios parecen no diferir mucho de los nuestros, no parece que haya una inversión sustancial en el mobiliario. Cada salón cuenta con mesas rectangulares que se colocan de cuatro en cuatro. Cada mesa tiene un distintivo de color en una de las esquinas, justo en los vértices que quedan juntos. El color indica el rol que tiene cada alumno.
A lo largo de nuestras inmersiones en clase pudimos observar cómo los alumnos trabajan con un equipo con el cual evidentemente ya formaron lazos virtuosos, resaltaba cómo cada uno tenía muy claro qué parte del trabajo debía realizar y cómo debía interactuar con los otros miembros del equipo.
Esta primera impresión me pareció interesante, sin embargo no había podido percibir todos los beneficios que implicaba y las enormes posibilidades que permitía. Es un planteamiento en verdad sencillo, pero rico en áreas de oportunidad. Del mismo modo, no sabía que sería muy complicado de implementar en nuestra institución, pues la metodología realmente requiere de un “cambio de chip”: mover al alumno de pensar sólo en sí mismo y su calificación a pensar en el conjunto. Asimismo, requiere que el maestro replantee su papel.
Podemos decir que el aprendizaje colaborativo es “un tipo de aprendizaje en el que el profesor no es el único que enseña, sino que también los alumnos, mediante grupos de trabajo aprenden, enseñan y se ayudan entre ellos” (Moll, 2013b, párr. 2). El profesor cambia su rol, mueve el reflector para que el alumno sea el protagonista de su aprendizaje. El profesor tiene la responsabilidad de enseñar a aprender (Moll, 2013b).
El primer punto para iniciar la metodología es la conformación de los equipos. El éxito de la implementación depende de la heterogeneidad de cada equipo. Reglas sencillas: a) Formar equipos de cuatro o cinco miembros. 2) Valorar las posibles compatibilidades e incompatibilidades entre compañeros. 3) Mezclar alumnos y alumnas. 4) Procurar que el grupo que se crea represente en la medida de lo posible al grupo clase. 5) Preguntar a los alumnos por sus preferencias personales y afinidades (Moll, 2013a).
Los alumnos se organizan en tres grupos, nombrados de acuerdo a figuras geométricas para no dar la falsa impresión de que son “etiquetas” que juzgan a los chicos, dado que entran en juego sus características y su desempeño. Los grupos son:
CÍRCULO: Alumnos capaces de ayudar a los demás. Alumnos “expertos”.
CUADRADO: Alumnos en un nivel de competencia.
TRIÁNGULO: Alumno que necesitan de la ayuda de los demás. Alumnos “aprendices”.
En el TAE realizamos esta planeación durante el receso interanual y las primeras semanas del curso escolar. Tomamos en cuenta para la conformación de los grupos el promedio general, el nivel de inglés, los comentarios de las coordinadoras de grado, las habilidades sociales, así como si había rencillas o conflictos específicos entre algunos alumnos. Es una labor compleja que realizó el equipo de psicólogas de la escuela, es fundamental para el éxito del proyecto. Listo este rubro, se procede a la formación de los equipos.
Normalmente se suele colocar en cada equipo a un alumno perteneciente grupo del al círculo, otro perteneciente al grupo del triángulo y otros dos al grupo del cuadrado. De esta forma conseguimos la creación de un equipo que representa en cierto modo un ‘microgrupo clase’ dentro del propio grupo clase. A partir de este momento el profesor es capaz de explicar el contenido de su asignatura sabiendo que en cada uno de los grupos habrá al menos algún alumno que tendrá la capacidad de explicar al resto de su grupo aquello que para el resto de sus miembros no haya quedado claro (Moll, 2013a, párr. 6).
Es importante considerar que no siempre “el círculo” será quien pueda ayudar a los demás. Una de las virtudes de esta metodología es que considera que todos los miembros de un equipo tienen algo que aportar. Todos tenemos diferentes fortalezas y características, esta conformación de un “mini grupo” permite que cada miembro pueda aportar lo que sabe.
A estos grupos se les considera “grupos base”, los cuales permanecerán constantes durante todo un ciclo o una evaluación. Nosotros optamos por dejarlos fijos durante la primera mitad del año, es decir, hasta diciembre del 2016. En ese momento realizamos una valoración y decidimos algunos ajustes.
El siguiente punto a considerar son los roles que cada uno de los miembros de los equipos desempeñarán a lo largo de los trabajos colaborativos. Es necesario recalcar que sin los roles el trabajo colaborativo está incompleto y no podría alcanzar todos sus fines.
De acuerdo a diferentes versiones hay varios nomenclaturas, pueden ser: líder de grupo, comunicador, relator, vigía del tiempo, utilero; también pueden ser crítico, secretario, coordinador, portavoz, controlador; igualmente compilador, alertas, revisor, entregas y evaluador. En Escolapios de Soria los nombres de los roles pueden cambiar de acuerdo al grado escolar o incluso a la materia; sin embargo, dado que están tan bien codificados en los alumnos por el uso de colores que no varían nunca y la práctica desde infantil hasta bachillerato, todos los alumnos los reconocen y saben qué deben hacer en cada uno.
Nosotros decidimos crear una nomenclatura propia, por supuesto basada en el estudio de lo observado en España y de otros autores. Dado que nuestra escuela se ha conceptualizado como un “organismo vivo”, metáfora guía de nuestro modelo educativo, decidimos distinguir los roles como partes de un cuerpo. También asignamos un nombre genérico acorde a la función e hicimos la traducción al inglés y al francés. Los roles diseñados y sus funciones son los siguientes:
Cerebro–Motor, Brain–Promoter, Cerveau–Propulseur
Tener muy clara la tarea a realizar para poder explicarla al resto del equipo. Generar agenda de trabajo tomando en cuenta los puntos de vista del resto del equipo. Supervisar y motivar con empatía y paciencia a todos los miembros del equipo para que cada uno realice las actividades que le corresponden.
Voz – Mediador, Voice – Mediator, Voix – Médiateur
Mediar la comunicación entre los miembros del equipo y del equipo con el profesor de manera empática y respetuosa. Comunicarse con los demás miembros del equipo con respecto al desarrollo de sus actividades, sus percepciones sobre el equipo y cualquier problema que se suscite en el equipo o en la realización de la tarea para transmitirlo al cerebro-motor o al profesor. Equilibrar las intervenciones entre todos los miembros del equipo. Exponer ante el grupo el trabajo del equipo con la responsabilidad de incluir el punto de vista de todos los miembros.
Piernas – Organizador, Legs – Organiser, Jambes – Organisateur
Recolectar por escrito la información encontrada por el equipo. Resguardar notas y documentos electrónicos que se generen en el proceso. Asegurarse de que la información compilada sea suficiente para cumplir con los requerimientos de la tarea. Registrar fuentes consultadas relacionadas con su respectiva información. Entregar producto final al profesor.
Brazos – Proveedor, Arms – Provider, Bras - Fournisseur
Asegurarse de que haya al menos un dispositivo con conexión a internet disponible. Llevar al equipo el material necesario para trabajar. Conseguir y llevar al equipo libros especializados y que éstos sean cuidados y devueltos con responsabilidad. Sugerir páginas de Internet específicas y confiables para la búsqueda de información. Dar formato APA a las referencias utilizadas y revisar formato de citas. Recopilar ideas de los demás miembros del equipo para diseñar y apoyar a la voz–mediador en la construcción de los apoyos visuales para su exposición.
Ojos – Observador, Eyes – Observer, Yeux – Observateur
Asegurarse de que se siga la agenda y se cumpla con los tiempos establecidos inicialmente. Revisar la ortografía y puntuación de los productos generados. Dar formato al producto final e imprimirlo en caso necesario.
A partir de estas funciones generales de cada rol, los profesores pueden diseñar sus actividades adaptando los requerimientos de cada tarea. Por supuesto se requirió de capacitaciones que diseñamos de manera vivencial para que los profesores entendieran claramente lo que vivirían sus alumnos, para ello los organizamos en equipos colaborativos y les pusimos la tarea de juntos generar un proyecto de ABP.
El seguimiento que estamos realizando pone énfasis en aspectos muy específicos: ver que los alumnos se ciñan a los roles y no traten de mantenerse en las actividades que les son cómodas; verificar que los profesores designen los roles y diseñen las actividades especificando qué debe realizar cada rol; que el profesor genere rúbricas de evaluación que incluyan tanto entregas individuales así como por equipo; también se da seguimiento puntual a los equipos que presentan problemas y se les dota de estrategias para superarlos.
La práctica diaria nos llevó a crear un equipo docente de "Conciliaciones", el cual está formado por coordinadores de academia que conocen bien la metodología y que realizan sesiones con los equipos que solicitan ayuda para lidiar con problemas. En dichas sesiones ayudamos a dar seguimiento a los alumnos que no están realizando su trabajo, abrimos la comunicación entre alumnos que han tenido alguna problemática, les damos estrategias para hacer mejor su planeación, uso del tiempo y recursos, etc.
Resultados esperados
Los primeros hallazgos y reflexiones de este proceso ya fueron presentados por el TAE durante el 2016 en el más reciente Congreso del Sistema Incorporado del a UNAM. Se presentó una ponencia sobre la propuesta del trabajo de mini-seminarios literarios en inglés basado en aprendizaje colaborativo. Asimismo, yo presenté una versión más amplia del presente texto.
Como mencionamos, la riqueza del modelo de Escolapios radica en la interrelación de diversas metodologías. Nosotros esperamos que utilizar el trabajo colaborativo potencie el trabajo de los ABP. Asimismo, hemos diseñado prácticas interdisciplinarias que también se apoyarán en el trabajo colaborativo. Nuestra hipótesis es que esta propuesta mejorará los resultados académicos de los alumnos al hacer práctico el conocimiento. También esperamos que estén mejor preparados para enfrentarse a un ambiente que demanda cada vez más profesionistas integrales y abiertos a trabajar con diferentes tipos de personas, a gestionar su aprendizaje, así como integrar y aprovechar lo mejor de sus compañeros.
Finalmente, quisiera compartir que hemos tenido también experiencias difíciles. Aunque han sido pocos los casos en los cuales hemos encontrado resistencias de los alumnos hacia la metodología, algunos nos han sorprendido. Hemos escuchado frases como: "A mí lo que me importa es mi calificación, no me importan los demás", "Si yo soy muy listo y puedo hacer más, ¿por qué me va a desperdiciar siendo sólo ojos?", "Pues sí, cuando trabaje yo quiero ser ratón solitario en el rincón y no trabajar con nadie". "A mí no me ponga con...". En nuestro análisis estas expresiones reflejan la necesidad de este proyecto. Romper con el individualismo, con el poner la calificación como el valor último y más importante, con la soberbia de algunos de los "alumnos sobresalientes". Confieso que en un punto estas expresiones fueron un shock, nos entristecieron, a pesar de ser las menos. Pero nuestra conclusión fue clara y contundente: ¿por qué no lo habíamos hecho antes?
Bibliografía.
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-Banerjee, R. (2014). “La verdadera razón por la que no se contrata a universitarios” Forbes. Recuperado el 22 de septiembre de 2016. http://www.forbes.com.mx/la-verdadera-razon-por-la-que-no-se-contrata-a-universitarios/#gs.xvduSyI
-Moll, S. (2013a). “Aprendizaje cooperativo. Cómo formar equipos de aprendizaje en clase”. Justifica tu respuesta. Recuperado el 22 de septiembre de 2016. http://justificaturespuesta.com/aprendizaje-cooperativo-como-formar-equipos-de-aprendizaje-en-clase/
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-Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]. (2016) Dónde se sitúa su centro educativo en el contexto internacional. PISA para centros educativos. [PDF]. Recuperado el 28 de septiembre de 2016. http://www.soria.escolapiosemaus.org/noticias2/noticias/item/download/9_ed44b1e12f3e60586835afa6dcb4eaa9
Tébar, L. (2016). Educar hoy es, ante todo, humanizar -Hacia una pedagogía mediadora con rostro humano-. [Versión PDF]. Recuperado el 28 de septiembre de 2016. http://congreso.dgire.unam.mx/5tocongreso/educar-es-humanizar.PDF