Los espacios escolares se encuentran bajo la necesidad de innovar para satisfacer las necesidades de los alumnos, pero más aun ofrecer alternativas de formación integral para el mundo en el que vivirán las futuras generaciones que trasciendan los procesos cognitivos y profundicen en las habilidades que requerirá el mundo, su mundo.
La propuesta de integrar procesos basados en el uso de la tecnología no pretende suplantar a nadie, sino complementar las destrezas académicas fundamentales que inician desde preescolar, se profundizan en primaria y continúan en secundaria.
El proceso de enseñanza y aprendizaje basado en el desarrollo integral de habilidades y destrezas digitales impacta de forma positiva y trasciende en la guía de los niños y adolescentes para favorecer sus fortalezas físicas, emocionales, sociales y cognitivas.
Imaginemos….”Considere un aula en la que el trabajo en grupo se enfoca no sólo en el dominio del material académico, sino también en la forma en que los estudiantes colaboran y se comunican entre sí”. Lo anterior forzosamente impactará de manera positiva en la construcción de un mejor mundo, una mejor forma de ser y hacer las cosas. Verdaderamente trabajo en colaboración. El desarrollo de éstas habilidades son imprescindibles para las generaciones más jóvenes de hoy, que requieren una amplia gama de habilidades sociales y emocionales para prepararse para las demandas de un lugar de trabajo que cambia rápidamente, posicionarlos para lograr mejores resultados académicos y equiparlos para contribuir a la sociedad que habiten, pero más aun, para ser felices con lo que son y hacen.
Quién no ha pensado en el futuro, en el lugar que habitarán nuestros hijos, alumnos; qué habrá, en qué trabajarán. El lugar de trabajo está cambiando; en muchas partes del mundo los empleos que han crecido de manera más constante en las últimas dos décadas, medidos por los salarios y el empleo, son aquellos que requieren habilidades cognitivas elevadas y habilidades interpersonales amplias y coherentes. Por lo tanto, la combinación de ambas fortalecerá un proceso adecuado de inserción a la sociedad y se generarán puentes de comunicación e intercambio positivos. A partir de las tendencias existentes en el mundo el aprendizaje debe ser transformado de manera que permita a los estudiantes adquirir el amplio conjunto de habilidades que les ayudarán a prosperar en un mundo saturado de tecnología.
Estudios sobre proyección y tendencias sociales y humanas señalan que un 65% proyectado de niños que entran a la escuela primaria trabajará en trabajos que no existen hoy en día[1]. La transformación es eminente y requerirá habilidades sociales y emocionales tales como creatividad, iniciativa y capacidad de adaptación para navegar, para sorfear, para trabajar, para crear, para vivir. Algunas corrientes sostienen que el mercado de trabajo emergente requerirá que los trabajadores sean capaces de resolver problemas no estructurados, trabajar con nueva información y llevar a cabo tareas manuales no rutinarias.[2] Además, los empleos o muchos de ellos dependerán de un proceso veloz, cálido y con inteligencia para procesar y transmitir información que se vuelva conocimiento. Considero que el éxito laboral depende y dependerá de la capacidad de analizar problemas sin el beneficio de una hoja de instrucciones, sino también de comunicar sus observaciones a otros, a través de las fronteras. Los requerimientos laborales necesitarán incluir la adaptabilidad y procesamiento óptimo social y emocional.
Ejemplo documentado por Google: …”El gigante global de Internet Google. Después de examinar las encuestas de empleados y las revisiones de desempeño, Google encontró que sus gerentes más efectivos eran buenos entrenadores, tomaban un interés activo en la vida de sus empleados y eran expertos en escuchar y compartir información”[3] Los estudios han demostrado que las habilidades sociales y emocionales pagan dividendos en el rendimiento académico y otras medidas de bienestar.
Un meta análisis de 213 estudios que involucraron a más de 270,000 estudiantes desde kindergarten hasta la escuela secundaria encontró que el aprendizaje social y emocional podría promover una serie de beneficios académicos, sociales y emocionales para los estudiantes. [4] Los estudiantes que recibieron la instrucción basada en la propuesta social y emocional tuvieron puntajes de logros que promediaron 11 puntos percentiles más altos que aquellos que no lo hicieron. La adquisición de habilidades sociales y emocionales contribuyó a mejorar el rendimiento académico y mejorar las actitudes y comportamientos.
Es un hecho que poseer un conjunto equilibrado de habilidades cognitivas y sociales y emocionales es crucial para que los niños puedan enfrentar mejor los retos del siglo XXI.
II. ¿Cómo enseñar las habilidades sociales y emocionales?
Cambiar, modificar sin conocer el qué pasará genera incertidumbre de forma innata en cualquier educador. No obstante, al contar con un programa sustentado teorica y metologicamente permitirá generar una sensación de confianza en quien educa.
La forma más innovadora e interesante para los alumnos es:
La escuela tradicional trabaja principalmente bajo tres enfoques
La escuela del siglo XXI debe trabajar:
Un plan de estudios basado en el desarrollo de la cognición.
Con un enfoque cognitivo-conductual.
Estrategias didácticas de control que inibe la imaginación y la creatividad y/o socialización.
Un plan de estudios adecuado y adaptado para trabajar lo socioemocional de forma específica y estructurada; es decir; un programa que desarrolle habilidades sociales y emocionales incorporado en un currículo académico existente y prácticas de enseñanza tales como aprendizaje basado en proyectos o investigaciones.
Una didáctica adecuada: Metodología de aplicación.
La estructura didáctica de trabajo se emite a partir de la selección de la habilidad a trabajar y a partir de ahí se incluye un conjunto de practicas de instrucción, incluyendo el trabajo en grupo: cooperativo; discusiones, enseñanza entre pares, resolución de problemas y reestructuración global. La práctica de "compartir pensamiento-pareja" alienta a los estudiantes a pensar primero en un problema o una pregunta, y luego invita al resto de los estudiantes a debatir y, en última instancia, los grupos diferenciados han resumido sus discusiones para la clase.
Este tipo de estrategias pueden intervenir positivamente en lo establecido; es decir el curriculum oficial de cualquier sistema educativo. Los educadores también pueden integrar el contenido y el vocabulario en programas académicos enfocados en habilidades fundamentales.
Por ejemplo, se puede adaptar el programa de historia o geografía combinando lecciones y actividades sobre identidad y comunidad con la instrucción tradicional de la historia, fomentando el diálogo, la empatía y la reflexión.
III: La teconología y el proceso de enseñanza-aprendizaje.
La tecnología tiene enormes promesas para ayudar a fomentar las habilidades del siglo XXI, incluyendo las habilidades sociales y emocionales. Puede personalizar el aprendizaje, involucrar a los desentendidos, complementar lo que ocurre en el aula, extender la educación fuera del aula y proporcionar acceso a los estudiantes que de otra manera no tendrían suficientes oportunidades educativas. Sin embargo, hasta la fecha, la mayoría de las estrategias de aprendizaje comúnmente usadas para desarrollar habilidades sociales y emocionales no utilizan la tecnología o la utilizan de manera limitada, por varias razones. Muchos padres y educadores no comprenden completamente cuáles son las tecnologías más prometedoras para desarrollar las habilidades sociales y emocionales o la mejor manera de utilizar esas tecnologías.
Los docentes utilizan computadoras, pizarras interactivas y otras tecnologías para hacer que las horas de clase sean más productivas, como administrar horarios y lecciones. Existe una brecha significativa entre el porcentaje de maestros y padres que creen que la tecnología es efectiva para desarrollar las destrezas sociales y emocionales
A pesar del gran desafío; es un hecho ineludible que las oportunidades que se generan a través del uso de la tecnología en la educación para ampliar la enseñanza de las habilidades sociales y emocionales y maximizar su impacto es favorecedora.
Si el objetivo es impulsar la creatividad de un estudiante, habilidad socioemocional: La ciencia enfocada a las habilidades del pensamiento sugieren que un juego tecnológico y lúdico sería apropiado si crean roles complementarios para diferentes actores. El juego de roles y el cambio de perspectiva facilita la actividad y las misiones del grupo. Exigir a los jugadores que trabajen juntos hacia objetivos comunes para progresar en un juego puede nutrir el liderazgo y la comunicación. Los jugadores también pueden aprender habilidades de negociación a medida que intercambian bienes virtuales mientras juegan, lo que puede generar liderazgo y conciencia social y cultural. En una sesión después del juego, los jugadores y un facilitador hablan acerca de las experiencias y los resultados de los juegos.
Lo anterior pone en marcha la gran propuesta o idea de aprende a aprender donde se fortalecen todos los procesos de aprendizaje, logrando seres humanos empáticos, con resistencia a la presión social, rescilientes, tomadores de decisiones, creativos, con autoconocimiento.
[1] Davidson, Cathy N., Now You See It: How Technology and Brain Science Will Transform Schools and Business for the 21st Century, Penguin Books, 2013
[2] Levy, Frank and Murnane, Richard J., Dancing with Robots: Human Skills for Computerized Work, Third Way, 2013, http:// content.thirdway.org/publications/714/Dancing-With-Robots.pdf.
[3] http://www.eoi.es/blogs/mtelcon/2012/12/21/capital-humano%E2%80%9Cgoogle%E2%80%9D-un-modelo-de-gestion/
[4] Durlak, Joseph A., et al., “The Impact of Enhancing Students’ Social and Emotional Learning: A Meta-Analysis of School-Based Universal Interventions”, Child Development, January/February 2011, Volume 82, http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1467- 8624.2010.01536.x/abstract.