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La Teoría de la Actividad y las Neurociencias en la escuela. Alma Velasco Rosas.


“El aprendizaje complejo se incrementa por el desafío y se inhibe por la amenaza” Caine&Caine.

La teoría de la actividad es una alternativa para dar solución a las teorías conductuales y funcionales que hasta ahora han dominado el contexto educativo. En ella se demuestra que el proceso enseñanza aprendizaje es una unidad, que va de la mano con el desarrollo y la maduración de la persona. Manifiesta que tanto el alumno como el profesor deben mantenerse activos frente al aprendizaje, ambas partes deben tener un papel muy dinámico. Plantea que es importante la sistematización de dicho proceso (plan, ejecución, evaluación). Además considera al lenguaje como una herramienta indispensable para aprender. Pone la motivación intrínseca al centro del proceso, así como la percepción y la memoria.

Las neurociencias ponen al centro la estructura y el funcionamiento del cerebro, lo cual nunca había sido un tema central. De hecho, en la formación docente rara vez se tomaba en cuenta. Estos procesos químicos-fisiológicos tienen relación absoluta con cómo se aprende, qué se aprende y como se aplica lo aprendido. Lo más interesante de las neurociencias aplicadas, es que no se quedan solamente en un plano cientificista, sino que, a partir de la multidisciplina, permiten relacionar los términos médicos (cortex, hemisferios, cerebelo, sinapsis, etc.) con términos educativos (memoria, percepción, lenguaje), lo cual nos permite ver mucho más allá de la tradición escolar. Reconocer la neurociencia como un modelo educativo, nos permite abrir un nuevo campo de posibilidades que abarcan la psicología cognoscitiva, la lingüística, la antropología filosófica, entre otras disciplinas. Si el cerebro es modelado, esto tendrá repercusión en la cultura de una sociedad, ya que el cerebro es “social” y plástico y a la vez, único.

Ambas teorías desean hacer de la escuela y el proceso de aprender una experiencia más agradable y duradera, de inmersión total, con anclaje en la vida cotidiana y de transformación a la sociedad. Algunas aplicaciones de estas teorías son:

  • En la organización escolar, la aplicación de rutinas al inicio y final de la clase.

  • Utilizar diversos esquemas de destrezas mentales para aprender a organizar lo aprendido y “aprender a pensar”.

  • Retomar los conceptos trabajados con anterioridad a fin de reconocer si hay o no anclaje de los mismos y un procesamiento activo.

  • Mantener un ambiente alfabetizador dentro del aula.

  • Mantener al alumno activo físicamente mediante actividades de gimnasia cerebral, danza, cuerda de saltar, yoga,etc.

  • Plantear problemas y permitir distintas vías de resolución de los mismos con creatividad.

  • Generar un programa de estimulación temprana (gateo, marcha cruzada, pasamanos, rodar en el piso, arrastre) para estimular el cerebro de los pequeños de 0 a 6 años.

  • Utilizar flashcards y bits enciclopédicos para relacionar distintos estilos de aprendizaje (auditivo y visual)

  • Mantener en clase un ambiente ameno, con desafíos, agradable a todos los estudiantes.

  • La sistematización del trabajo colaborativo, con roles asignados y metas previamente estipuladas.

  • Uso de la tecnología, pero también del lenguaje escrito en todas sus posibilidades lúdicas (chistes, juegos de palabras, asociaciones libres, poemas)

En conclusión, El docente que busque innovar utilizando estas teorías, debe cuidar los estímulos positivos, buscando significado, relación con las experiencias e intereses de los estudiantes, y nunca generar miedo. Como maestros debemos transformar los esquemas de nuestros alumnos para que alcancen su plenitud como seres humanos.


Neurociencia y aprendizaje. ALMA VELASCO ROSAS. EL BLOG DE EDUCACION.ORG

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