Aprender ciencia en un contexto relevante, y ser capaces de transferir el conocimiento científico a una situación auténtica es la clave para un aprendizaje genuino. Para ello, se requiere una aproximación inquisitiva. Los profesores debemos fomentar y modelar las habilidades requeridas para el cuestionamiento científico, así como la curiosidad, la apertura a nuevas ideas y el escepticismo que caracteriza a la ciencia. Nosotros somos los modelos para los alumnos. Al hacer esto, preparamos a los estudiantes a pensar y actuar como científicos reales, a cuestionar, a crear situaciones hipotéticas y proponer posibles soluciones, y conducir investigaciones utilizando prácticas científicas.
Tener una aproximación basada en el cuestionamiento involucra un alto nivel de conocimiento y compromiso por parte de los profesores y los alumnos. Es necesario comprender y saber utilizar técnicas que pongan en práctica estas habilidades, que son diferentes a una lista de tareas o actividades en el laboratorio que sólo hace que los alumnos repitan procesos como si fueran recetas, sin cuestionarse lo que están haciendo. Debemos incluir, en esta práctica, experiencias que permitan a los alumnos imaginar soluciones, cuestionar y proponer nuevos procedimientos, equivocarse y buscar explicaciones, en otras palabras, aproximaciones constructivistas a la enseñanza de la ciencia.
Los estudiantes se pueden volver los pilotos de su propio aprendizaje si les damos la oportunidad de construir sus propias preguntas relacionadas a los contenidos científicos que están estudiando. Y aquí es donde entra el aprendizaje situado, que propone como parte fundamental el entender cómo el conocimiento y las habilidades pueden ser aplicadas y es tan importante como aprender los propios conceptos. El contexto en el que se encuentran los alumnos, tanto físico como social son elementos fundamentales en la actividad de aprender y frecuentemente cuando el aprendizaje está aterrizado al contexto situacional, el aprendizaje es auténtico y relevante, por lo tanto representará una experiencia real y profunda.
Pero, cómo aplicar el aprendizaje situado? Aquí les pongo algunos ejemplos; sin embargo, recuerden que justamente la idea de situado es ajustarlo a las condiciones de cada escuela, alumno y momento.
Formación / Entrenamiento cognitivo
Esta estrategia es refiere básicamente a poner a un experto a enseñar a un aprendiz nuevas habilidades a través de situaciones del mundo real.
Las características de esta estrategia incluyen:
El experto enseña procesos complejos al aprendiz, o a alguien que no sea tan experto
Se hace énfasis en habilidades cognitivas, no habilidades fìsicas
Los aprendices deben hacer visibles su proceso de pensamiento hacia al experto, que lo orienta y ayuda tanto con observaciones como con la práctica, lo que requiere una asesoría 1:1
Existe un enfoque en la generalización del conocimiento de tal manera que sea aplicable en diferentes escenarios
Los expertos deben ilustrar el poder de ciertas técnicas, permitir a los aprendices practicar dichas técnicas e incrementar la complejidad de las tareas de manera gradual
Escenarios basados en metas
Este tipo de escenarios convierte situaciones complejas en tareas que sean manejables y secuenciadas, permitiendo al estudiante avanzar conforme se vuelva capaz y domine los conocimientos y habilidades necesarias con la ayuda de una persona que tenga un conocimiento mayor.
Las características de esta estrategia incluyen:
Se plantea a los estudiantes escenarios del mundo real que se encuentran secuenciados de tal manera que el estudiante pueda terminar cada etapa
Las tareas pueden completarse en la computadora o en el salón de clases
Las habilidades cognitivas se dominan en el contexto en el cual son aplicables
Modelo de la Naciones Unidas
Los ejercicios que se realizan en muchos colegios en muchas partes del mundo, conocidos como SIMUN, son un gran ejemplo de aprendizaje situado, ya que los estudiantes actúan en escenarios globales reales como “personal diplomático” de un país seleccionado. Ellos aprenden primero a través de actividades en el salón de clases y luego a través de la participación en el Modelo.
En síntesis, si queremos enseñar ciencia, la mejor opción es enseñar de manera situada, que no implica necesariamente buscar lugares físicos (aunque puede ser ideal una salida al campo para los alumnos), sino escenarios en donde los alumnos apliquen lo que están aprendiendo a su vida cotidiana, a situaciones reales, y no dejarlo en lo abstracto. Ayudemos a los alumnos a colaborar, a cuestionar, resolver problemas, diseñar soluciones y a compartir.